viernes, 17 de junio de 2011

Lavinia y su hermana Emily por Rotmi Enciso

Año 29 No. 260

Lavinia y su hermana Emily

Rotmi Enciso

Uno de los acontecimientos mas dolorosos y sorprendentes en nuestra vida es la muerte de un ser querido. Morimos en parte al mismo tiempo. Muere un trozo de la historia compartida y no encontramos consuelo. La muerte es el suceso que nos hace ver la vida desde la muerte misma. La orilla del abismo se asoma para hacernos sentir el vértigo.
 Cuando murió mi hermana Olivia (hace 19 meses) yo morí con ella, cuando abrí mis ojos de nuevo y me di cuenta que seguía viva me dolió el cuerpo, me dolió el viento, me dolió profundamente sentir que yo si estaba viva y entonces quería morir, ( morir de verás), morir con Oli, morir, simplemente morir. Pero seguí viva y volví a caminar, a veces mas lento, a veces sin tiempo. Me fui unas semanas a un lugar donde las montañas (inmensas) estaban frente a mi y todos los días el amanecer era un espectáculo maravilloso, y ahí en una cita cotidiana llegaba puntual un pajarito (un poco azul, un poco rojo) dando par de toquecitos con su pico en mi ventana y yo esperanzada le decía “Hola Oli”, quería creer que era mi hermanita convertida en pájaro y venia a darme un saludo para mitigar mi tristeza., después llegó el duelo. 
El duelo es un camino que cada quien recorre como puede, no hay un plan oficial, no hay letreros que seguir, solo te tomas el pulso, respiras profundo y te agarras de donde puedas.
 Durante el mismo y con deseos de refugiarme en algo escrito que abrazara mi corazón encontré en una librería el libro de Paola Kaufmann (adivinen como se llama) La hermana.

 Paola Kaufmann (Argentina) narra la historia de la familia Dickinson a través de la mirada de Lavinia (Vinnie).
 Vinnie es la hermana menor de la poeta Emily Dickinson (1830-1886) Austin el hermano mayor y de la unión en matrimonio con Sue entran a escena Ned, Mattie y Gilbert.
 Contando a Madre y Padre se suman nueve integrantes en la familia Dickinson.
 Lavinia se lamenta de ser tachada como superficial, la pequeña de vestidos escotados, pretendientes y cancioncitas estúpidas. Pero a eso no da tanta importancia y Lavinia sobrevive a la familia como un mandato de las diosas, como si hubiera nacido solamente para ser espectadora de la vida de los otros, de su familia y atreverse en un punto a escribirla…

“De mi nunca se ha esperado que escriba. De hecho, nunca se ha esperado nada en particular. De Austin se esperaba el orden, Austin era la ley, y eso se pretendía de él. Emily, por el contrario, era quien tenía el noble oficio de pensar en esta familia de monarcas regios y autosuficientes.”

Lavinia entró a la habitación de Emily dos meses después de su entierro,(acompañada de sus dos gatos) el miedo la paralizaba, el miedo inmenso a descubrir lo que había dejado detrás de sí. De primera vista creyó encontrarla de espaldas a la puerta, ensimismada (como siempre) en su lectura, tomando apuntes, manchadas las manos de tinta.
 Se quedó parada unos instantes sin evitar el llanto, y al posar sus ojos sobre las cobijas de la cama perfectamente estiradas sintió que ese cuarto le era tan extraño como lo había sido su propia hermana, su hermana que había querido tanto. 

Recordó la procesión al cementerio, las palabras de nadie. Quince años de reclusión en su cuarto la llevaron al olvido y la convirtieron en misterio.

 Atados en fascículos fueron encontrados por Lavinia miles de poemas escritos por las manos de los veinte, de los treinta, cuarenta, y cincuenta años de Emily Dickinson.
 Los coloco uno a uno sobre la mesa, sobre el piso, sobre donde pudiera, como quien analiza el camino de su propia historia.
 Los dejo así mismo por un tiempo mientras un solo deseo crecía en su corazón: 
publicarlos. 

Recurrió primeramente a su cuñada Sue. La amiga eterna de Emily y seguramente (no se sabe de cierto) su gran amor, para buscar apoyo en el proceso de publicarlos y Sue al final de dos años de pensarlo no se atrevió a hacerlo. 
Entonces Lavinnia se vio limitada a preguntar a su último recurso que era Mabel Loomis Todd (conocida de la familia) la cual se convirtió en la amante de Austin, la pasión fallida de Ned, maestra de piano de Mattie y la que al final de los finales tomará como suya la obra de Emily Dickinson (heredando a su hija la obsesión por los mismos) asegurando en algún momento que ella fue la amiga intima de la poeta, cuando nunca la vio en persona. Ni viva, ni muerta.

 El recuerdo es un sustituto demasiado pobre de la realidad; imposible predecir qué es lo que uno recordará con nitidez, e incluso hacer el esfuerzo de traer a la memoria algo en particular no sirve de mucho: uno recuerda como al azar lo que quiere y lo que no quiere, lo que sirve tanto como lo inútil. Pero más extraña es todavía la forma en que distintas personas recuerdan lo mismo.



El orden de la Muerte

Primero murió el Padre, tiempo adelante la Madre se cae de las escaleras y se rompe la cadera, queda en cama con los sentidos intactos y el cuerpo destrozado, se va muriendo poco a poco. Gilbert (el menor de los sobrinos) muere de una fiebre que lo fue debilitando lentamente. Emily le detectan la enfermedad de Bright (dolencia incurable de la sangre) que produce debilidad. Austin muere de un ataque al corazón. Después Ned y mas tarde Sue.



La cita



Lavinia camina y se asombra de todavía poder llegar con su poca fuerza a la tumba de Emily, con lirios en la mano le platica, le recuerda la magnolia de la casa, si la vieras parece vestida de blanco como una novia orgullosa.
 A Lavinia solo le quedan los muertos, los papeles, las cartas, los gatos y Maggie la mujer irlandesa que contra viento y marea continua haciendo las tareas de la casa. 

Desde la muerte de Emily, Lavinia tiene un sueño repetido. Se ve sentada frente a la cama de Emily, esta última inconsciente desde hace semanas, la enfermedad la ha llevado a un lugar sin retorno, todo esta oscuro. El silencio se rompe por pequeños sonidos de madera que chocan (parecen quejidos). Sabe que no despertará, que no abrirá sus ojos una vez más para despedirse, se siente sola, sabe que espera su muerte para dar fin a tanta agonía. 
Lavinia se sumerge en imágenes que dan vida y al mismo tiempo muerte a su hermana, lucha desesperadamente. Se aferra a la mano de Emily y grita...despierta llorando, siente las manos de Emily entre las suyas, tienen su calor y sin embargo se da cuenta que no están, que fue un sueño, aprieta sus manos contra nada, se ahoga en el vacío y siente como si ella misma estuviera muriendo...

 Lavinia Norcross Dickinson murió el 31 de agosto de 1899. Dejó a Maggie algunas instrucciones acerca de otros poemas de Emily hallados en los últimos años. 
Maggie desapareció después del funeral de Vinnie y nunca se supo su paradero.
 Par de cosas le hizo prometer a Mattie (la única sobreviviente de los Dickinson) antes de morir Lavinia: la primera que quemara toda su correspondencia y la segunda que nunca cediera al dolor, ni a la sensación de orfandad.

1 comentario:

  1. Hola, quisiera saber cuántos números tienes de fem y en qué año acaba. Yo tengo la infromación de que es en 2005 y el número 261, pero ¿podrías confirmármelo? gracias

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